Siempre se dice que los hijos aprenden de los padres, pero es un proceso recíproco. También las madres y los padres aprendemos de nuestros hijos o hijas cada día.
En términos gastronómicos, mis dos hijos me han ensañado un montón de platos que yo desconocía y que ellos han descubierto a través de viajes, amigos o vídeos.