En mi pueblo -la Granja de San Ildefonso, Segovia, España- siempre se han cultivado las frambuesas. Mi madre siempre hablaba de un lugar en el que recogían las más ricas: la Casa de las Flores.
También allí existen unas pocas huertas en las que se cultivan los famosos judiones (unas fabes o judías secas gigantes) para hacer el famoso plato de puchero.
Los batidos elaborados con helados y leche tienen el poder de transportarnos directamente a la infancia.
Recuerdo esas meriendas en VIP´S que invariablemente eran tortitas con nata y sirope y un magnífico batido que te servían (y lo siguen haciendo) en el vaso metálico de la batidora.
Hoy es el día de mi santo y aunque nunca lo celebro (sólo lo hago con mi cumpleaños) no quería dejar pasar la oportunidad de felicitar a las Martas y a las Beatrices (sobre todo a mi querida ahijada Bea que es una delicia de criatura)
Os invito a todos a tomar un helado de leche merengada que me he regalado y que me hace viajar a mi niñez. Si tenéis paciencia os quiero contar una historia...
Como soy una adicta a los helados siempre que viajo a una ciudad me encanta probar los conos o tarrinas artesanas de las heladerías locales. Será que relacionamos los helados con la infancia y nos permite disfrutar de un sabor y textura que nos traslada inmediatamente a nuestra niñez.
Este verano me ha dado por los helados. Me he hecho el firme propósito de probar todos los sabores nuevos (o antiguos) que pueda, dentro y fuera de casa.
Es insoportable el calor que tenemos hoy en Madrid. Ayer a las 11 de la noche teníamos 32 grados y no se puede aguantar.
Pese a que no haya muchas ganas de comer, ni de meterse en la cocina lo confieso, hay que seguir alimentándose. Por eso hay que preparar recetas frías que nos calmen "la caló".
Mis hijos son unos entusiastas de la Nutella y cuando les pregunté de qué querían que les preparara un helado la respuesta de Álvaro fue: de Nutella. Ignacio respondió: de vainilla con Oreo.
Por fin tuve un ratito para leerme las instrucciones de la heladera que me regalaron mis queridas amigas Emi, Vickygalicia, Berna y Mariví. Han pasado ya unos meses y estaba deseando estrenarla, pero la ocasión y el momento oportuno aparecen sin avisar.
Ya en Madrid y con unos meses de exitosa andadura, visitamos la heladería Rocambolesc. El proyecto de Jordi Roca y Alejandra Rivas se encuentra en la última planta de El Corte Inglés de la C/Serrano, 52.