Se acaban de cumplir dos años de la muerte de mi padre y aunque le recuerde cada día en un montón de instantes cotidianos, es en los aniversarios cuando se rememoran momentos compartidos y anécdotas vividas.
Ya os hablé de mi padre cuando falleció en una entrada que le dediqué (pincha aquí) y hoy le presto homenaje con un plato que a él le encantaba: el cochifrito o cochinillo frito, pero dándole una vuelta de modernidad.
Al ser segoviano era un buen degustador de corderos y cochinillos lechales y esos trozos de cochinillo bien frititos y churruscados le entusiasmaban.
La receta es muy sencilla: id a una carnicería de confianza donde sepáis que el género es de muy buena calidad y pedid que os corten la carne del cerdito en trozos como cubos. Es el punto de partida para una receta tradicional que os va a encantar.
Te añoro, papi!!! Va por ti.
Para 4 personas:
Al ser segoviano era un buen degustador de corderos y cochinillos lechales y esos trozos de cochinillo bien frititos y churruscados le entusiasmaban.
La receta es muy sencilla: id a una carnicería de confianza donde sepáis que el género es de muy buena calidad y pedid que os corten la carne del cerdito en trozos como cubos. Es el punto de partida para una receta tradicional que os va a encantar.
Te añoro, papi!!! Va por ti.
Para 4 personas:
- 600 g de cochinillo cortado en trozos
- aceite de oliva virgen extra para freír
- 1 lima
- cilantro fresco
- sal gorda
Se calienta abundante aceite en una sartén o se utiliza la freidora.
Se sumergen las tajadas de cochinillo y se fríen hasta que estén muy doradas y crujientes.
Se añade el zumo de lima por encima y las escamas de sal gorda. Se espolvorea con cilantro fresco, lavado y cortado.
Se sirve inmediatamente.
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