Los huevos rellenos son un plato que te transporta a celebraciones de inmediato y, a mi, me transporta también a la niñez. A esos domingos de comida especial reunidos la enorme familia en torno a la mesa.
Mi madre, Concha, era una cocinera excepcional y era además una fan total de los rellenos: huevos, tomates, pimientos, carnes, canelones... Me imagino que con una gran familia con cuatro hijos, el tiempo invertido en la cocina para hacer un relleno compensaba con creces el disfrutar luego de una comida preparada y sentarse a disfrutar del papeo.