Cada vez que voy a un lugar, en España o fuera de ella, es imprescindible probar sus platos típicos, dulces o salados y disfrutar de los productos Km 0.
Luego, claro, ¿qué me ocurre?. Que tengo una necesidad imperiosa de cocinar eso que he probado y me sirve para transportarme por unos instantes a ese lugar y recordar los momentos allí vividos.
Eso me pasó con los pastéis de bacalhau o bolinhos de bacalhau, plato típico portugués que se sirve como entrante o aperitivo en celebraciones o como principal con arroz o ensaladas y que probé en Lisboa.
El queso de la Serra da Estrela DOP es un queso elaborado con leche de oveja de raza bordaleira en la sierra de la Estrella. Es como una torta untuosa y delicada.
La receta de los pasteles de bacalao la he tomado del chef luso estrella Michelin Alexandre Silva. ÉL no le puso en el interior el trocito de queso, luego ese paso es opcional o podñeis poner otro queso, obviamente. Espero que la disfrutéis tanto como yo.
Para unos 16 pastelitos aprox:
- 4 patatas medianas
- 1 cebolleta mediana
- 350 g de bacalao desalado
- 2 huevos
- 1 manojo de perejil fresco
- queso de la Serra da Estrela
- aceite para freír (yo sólo uso aceite de oliva AOVE)
Se ponen en la olla a presión las patatas sin pelar en abundante agua salada (yo le añado un diente de ajo entero sin pelar y una hoja de laurel) y se cierra la olla. Cuando empiece a pitar se cuentan veinte minutos, aproximadamente. Si se hacen en cazuela normal tendréis que contar más tiempo. Pinchad con una aguja o punta de cuchillo para ver si están cocidas las patatas.
Mientras tanto se va cortando la cebolla o cebolleta muy picada y se pone en una sartén a pochar con una pizca de sal. Se deja hasta que esté blandita.
Se escurren las patatas del agua, se dejan templar un poco y se pelan con cuidado de no quemarse. Se reservan.
Se pone el bacalao en un cazo y se cubre con agua. Se lleva a ebullición y se deja un par de minutos, simplemente. Se escurre de agua y se desmiga mucho, aplastando el bacalao para que quede como hebras muy picadas.
Se pone en un bol grande las patatas y se aplastan bien con un tenedor o bien con el pasapurés. No lo hagáis con la batidora pues la idea es que quede con una textura más rugosa o rústica, bien aplastadas.
Se añade la cebolla muy pochada, el bacalao desmigado y aplastado, el perejil muy picado y se rectifica de sal. Se añaden los dos huevos batidos y de mezcla bien todo el conjunto.
Se pone una sartén con dos dedos de aceite a calentar. Se van formando las bolitas con ayuda de dos cucharas soperas, formando una especie de "croquetas" o "quenelles".
En el interior se pone un dado de queso que se cubra por completo con la masa de la patata y el bacalao.
Se fríen con cuidado de que no se quemen.
Se dejan en papel de cocina absorbente de la grasa sobrante y se comen inmediatamente.
Lo acompañamos con un vino de Rioja blanco, pero va muy bien también con otro blanco o cerveza.
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