En casa comemos albóndigas una vez por semana, más o menos. Las preparo normalmente de ternera, pero también nos gustan las de pollo, salmón o atún.
Estas pequeñas bolitas de carne (meat-balls) son una manera perfecta de arreglar una comida, pues con la compañía de arroz o pasta proporcionamos a las proteínas los necesarios hidratos de carbono.