El caqui (del japonés kaki) o palosanto es una fruta de climas cálidos, es decir, tropical. El origen de sus cultivo se remonta al siglo VIII en Japón o China; de allí se llevó a Estados Unidos y llegó a España en 1870.
Su consumo es muy recomendable, pues contiene vitaminas C y A, carotenos (con propiedades antioxidantes), potasio, pectina, taninos...
Decidí hacer una tarta original para celebrar el primer aniversario de este blog de cocina. No puedo estar más feliz: decido qué hacer, lo cocino, lo fotografío, lo degusto, lo comparto y disfruto con todo el proceso. Sois, además, un pelotón de amigos y seguidores los que me alentáis para seguir en el lío y me alegráis cuando me decís lo bien que os ha salido alguna de las recetas de Martuka (hay pruebas fotográficas, aunque espero que tras esta confianza de un año, ya, os animéis a hacerme llegar más comentarios y fotos).
Gracias infinitas y de corazón por "colaros" en mi cocina y por dejar rastro de vuestro paso por este sitio, que es vuestro.
Para ocho personas:
- Para la tarta:
- 2 huevos + 1 yema (yo eché los tres huevos enteros y salió genial)
- 150 g de galletas tipo Digestive
- 2 cucharadas de mantequilla
- 600 g de queso cremoso tipo Philadelphia
- 100 g de azúcar
- 2 cucharadas de harina
- la ralladura de 1 limón
- 100 mL de nata (medio vaso de agua, más o menos)
- Para la cobertura de caqui:
- 3 caquis
- 100 mL de agua
- 2 cucharadas de azúcar
Se pelan los caquis y se cortan por la mitad, haciendo a continuación gajos finos como los de las manzanas. Se pone en un recipiente a cocer el agua y el azúcar, y cuando esté disuelto se añaden las rodajas de caqui y se dejan mientras se hornea la tarta que se vayan ablandando en el almíbar a fuego no muy alto.
Se ponen las galletas Digesta en una bolsa de congelados partidas en trocitos, se cierra y se pasa el rodillo por encima para conseguir las migas de galleta. Se mezclan las migas de galleta con la mantequilla ablandada (podéis usar el microondas para derretirla) y se forra con esta masa el fondo de un molde no muy alto. Se reserva.
Se pone en un bol el queso (casi tres tarrinas añadí), el azúcar y la ralladura de limón y se bate bien con unas varillas. Se añade la nata y las dos cucharadas de harina. Se vierte la mezcla sobre la base de galletas del molde y se cuece en horno calentado a 150ºC, con calor arriba y abajo, durante unos 25 minutos o media hora.
Pasado este tiempo, se saca del horno. se sube el termostato del horno a 225ºC con calor arriba y abajo.
Se van colocando los gajos blandos de caqui en forma de abanico. Se vuelve a introducir en el horno más caliente durante otros 18 minutos o el tiempo suficiente para que se dore ligeramente el caqui.
Si no habéis probado nunca el caqui es una buena manera de hacerlo. Su textura es un poco rugosa, parecida a la del albaricoque, pero está muy dulce. Animaos, y si no disponéis de caqui podéis hacerlo con la sencilla manzana o sustituirlo por una mermelada de vuestra fruta favorita...