Mira que están ricas las tortitas con nata y sirope. A mi me transportan de inmediato a la niñez. De vez en cuando, muy de vez en cuando, me regalo un plato de tortitas en una cafetería y las saboreo despacio, deleitándome.
En casa también las hago, de nuevo de vez en cuando pues engordan un montón, y mis hijos ayudan preparando la masa y montando la nata.