Al contraer matrimonio la noble florentina Catalina de Médici con Enrique II de Francia, en el siglo XVI, llevó a la corte francesa a sus cocineros italianos y, por eso, a estos deliciosos huevos se les da el nombre de la ciudad en la que nació la poderosa reina francesa.
La fama de este plato es bien merecida: con unos pocos ingredientes se consigue una comida delicada y nutritiva.
La receta la he tomado del chef Stefano Barbato para así garantizar la procedencia italiana de la receta.
Sólo os queda pertrecharos con los ingredientes y poneros con las manos en la masa.
Para 4 personas:
- 500 g de espinacas frescas
- 1 diente de ajo
- aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 4 huevos
- agua
- 1 cucharada de vinagre de manzana
Para la bechamel de queso:
- 25 g de mantequilla o 1 cucharada sopera de aceite
- 25 g de harina de trigo
- 500 mL (1/2 Litro) de leche entera
- 50 g de queso parmesano rallado
- 25 g de queso emmental (yo añadí mezcla de quesos)
- sal
- nuez moscada
Se comienza poniendo en una sartén grande lun poco de aceite de oliva y se rehoga un diente de ajo muy picado. Cuando esté ligeramente dorado, se añaden las espinacas frescas, lavadas y secadas y se rehogan en el aceite con una pizca de sal.
Parece que no caben en la sartén, pero enseguida pierden el agua y comienzan a rehogarse. Se pueden tapar y dejar que se cocinen unos 7-10 minutos, hasta que pierdan todo el agua de vegetación.
Se prepara la bechamel de queso poniendo en una cacerola o sartén la mantequilla (yo pongo mitad mantequilla, mitad aceite) a derretir. Cuando esté caliente se añade la harina y se remueve vigorosamente, hasta que se tueste la harina y quede una masa (roux).
En ese momento se va incorporando, poco a poco y sin parar de remover, la leche caliente. Se va incorporando más leche a medida que va "engordando" la masa. Se añade sal y una pizca de nuez moscada.
Se termina de añadir la leche con los quesos, el rallado y los quesos en hilo y se deja que se disuelvan bien en la bechamel. ésta tiene que quedar no muy espesa, pero tampoco excesivamente líquida.
Se precalienta el horno con calor por encima a 180º C.
Se ponen en una fuente de horno o en flaneras individuales un nido de espinacas y se deposita encima una cucharada de salsa bechamel de queso.
Se pone una cacerola con medio litro de agua a hervir con un poco de sal y una cucharada de vinagre de manzana.
Se casca cada huevo en un vaso, para que no queden restos de cáscara al romperlo.
Cuando el agua comienza a hervir, se baja un poco la temperatura y se crea un remolino con una cuchara. En el centro del vórtice se echa el huevo y se deja que siga en el remolino. Se mantiene el huevo durante dos minutos, sin tocarlo o bien dándole forma con una cuchara. En cuanto salga a la superficie ya está,
Se escurre al sacarlo con la espumadera y se coloca encima de cada nido. Cuando están todos los huevos hechos, se vuelve a añadir otra cucharada de bechamel encima de cada uno, se espolvorean con más queso y pimienta recién molida y se introducen en el horno otros 2 o 3 minutos, hasta que la superficie se dore un poco.
Se comen recién sacados del horno y se disfruta.
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