La crema de verduras es un plato imprescindible en invierno. En casa la comemos todas las semanas, ya sea en la comida o la cena y las combinaciones son casi, casi, infinitas.
Yo trinco todo lo que tenga de verdura en la nevera y lavo, pelo y corto y... a la cazuela. Pero hoy os voy a dar un truco infalible para que quede con un saborazo increíble.
Si sólo añadís al verduras al agua y cocéis, está muy bien, es rápido y efectivo. Lo malo es que, a veces, puede resultar un sabor un poco "hospitalario", es decir, los purés que nos sirven cuando estamos malitxs en los hospitales.
La idea es que dediquéis un poco más de tiempo para enriquecer esa crema de verduras con dos toques maestros:
- Rehogar unos minutos las verduras troceadas en aceite de oliva virgen.
- Añadir a la crema ya triturada un "chorrito" de nata o crema líquida.
Ya veréis como gana en sabor una barbaridad. ¡Prometido!
Para 6-8 personas:
- 400 g de calabaza
- 5 zanahorias
- 1 puerro
- 1 cebolleta
- 2 patatas pequeñas
- 1 L de agua o de caldo de verduras
- aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- nata líquida
- sal y pimienta
Se pone en la olla o cazuela que se vaya a utilizar para hacer la crema un poco de aceite de oliva a calentar.
Sobre él se rehogan todas las verduras peladas, lavadas y cortadas en trozos con un poco de sal. Se dejan rehogar unos 7 minutos, hasta que queden blanditas.
Se añade el agua o caldo de verduras y se cierra la olla (si lo haces como yo en la olla a presión). Se cuentan unos 20 minutos desde que pite la olla.
Una vez pasado el tiempo, se deja salir el vapor, se abre la olla y se trituran las verduras hasta dejar una textura de crema. Se incorpora la nata líquida (e incluso un poco más de caldo o de agua si se nota un poco espesa la crema), se rectifica de sal y se vuelve a batir a velocidad alta.
Se sirve caliente con un punch de pimienta recién molida, unas semillas o frutos secos o pipas y un poco de cebollino picado espolvoreado.
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