Siempre se dice que los hijos aprenden de los padres, pero es un proceso recíproco. También las madres y los padres aprendemos de nuestros hijos o hijas cada día.
En términos gastronómicos, mis dos hijos me han ensañado un montón de platos que yo desconocía y que ellos han descubierto a través de viajes, amigos o vídeos.
La noche del viernes, Álvaro nos sorprendió con esta delicia que preparó a partir de una pechuga de pollo cocido que había en la nevera de casa, como resto de un caldo de pollo, y a la que había que darle salida.
Él nos comentaba que el verdadero sándwich CLM es con restos de pollo frito, a la americana, pero a mí me gusta más esta versión pues es más saludable.
El resto es bien sencillo. Unos minutos de preparación y un disfrute por delante mientras se come.
Para 3 personas:
- 1/2 pechuga de pollo cocida o restos del cocido
- lechuga batavia o romana
- mayonesa (si es casera, mejor)
- 6 rebanadas de un buen pan de molde
- aceite de oliva o mantequilla para tostar el pan.
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