Esta receta de torrijas se aleja de la torrija canónica elaborada con pan del día anterior y frita en aceite de oliva.
En este caso el pan utilizado es un brioche en molde y tampoco se fríen las torrijas sino que se marcan en la plancha sobre mantequilla con azúcar para que caramelice.
El resultado es fantástico. El pan al ser más blando empapa muy bien y quedan muy cremosas.
Al hacerse sobre mantequilla caramelizada, no cogen tanta grasa y quedan muy delicadas. Tampoco la cocina queda manchada con salpicaduras al no tener que freírlas.
Sólo tienes que acompañarlas de una bola de helado a tu gusto y comerlas templadas o frías, como prefieras.
Para 8 torrijas:
- 1 pan de brioche cortado en 8 rebanadas más bien gruesas (yo luego las corté a la mitad)
- 500 mL de leche entera
- 200 mL de nata para montar
- 100 g de azúcar + 25 g azúcar para marcarlas
- 2 huevos L
- 2 palos de canela
- pieles de naranja y limón
- canela y azúcar mezclados para espolvorear (opcional)
Se pone a calentar la leche, la nata, los palos de canela y las pieles de cítricos junto con el azúcar.
Cuando esté casi a punto de hervir, se retira del fuego y se deja templar.
Se va cortando el brioche en trozos regulares. Yo tomé el pan entero, lo corté a la mitad, luego cada trozo a la mitad y los cuatro trozos de nuevo a la mitad. Como salían rebanadas gorditas, las corté a lo largo de nuevo.
Se disponen sobre una fuente grande para empaparlas.
Cuando esté la mezcla de leche y nata templada, se añaden los huevos batidos y se mezcla todo. Si os parece poco dulce se puede añadir una cucharada más de azúcar.
Se vierte esta mezcla de huevos y leche sobre las rebanadas de brioche. Se las va dando la vuelta para que empapen bien.
Se guardan en la nevera 1-2 h para que absorban bien la mezcla.
Cuando se saquen, se vuelven a dar una vuelta y se impregnan con el líquido sobrante que aún quede.
Se pone en una sartén al fuego no muy fuerte un trozo de mantequilla de tamaño como de una nuez a derretir y se añade una cucharada de azúcar. Se deja que se derrita y caramelice un poco.
Se colocan las torrijas en la sartén y se dejan un par de minutos por cada lado, aproximadamente.
Se sacan a un plato o fuente y, si se desea, se espolvorean con azúcar mezclado con canela (así hacía mi madre).
Se emplatan con una bola de helado de vainilla.
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