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domingo, 23 de abril de 2023

Baklava De Crema Con Pistachos (Explicación paso a paso)

La baklava es un dulce turco que consiste en un pastel formado por varias capas de masa filo untadas con mantequilla y rellenas de pistachos o nueces muy picados y luego horneado y empapado en almíbar o miel.

Parece ser que los primeros dulces de este tipo aparecieron en el siglo XV en Estambul, en el palacio de Topkapi. Eran un manjar en las clases altas y hasta el siglo XIX no se incorporaron en la sociedad otomana.

Mi hijo Álvaro es un entusiasta de la cocina oriental y a él le debo este plato elaborado a cuatro manos. Sin su ayuda y pericia (él ya había preparado uno por su cuenta sin crema) no me hubiera atrevido a realizarlo.

Quizás lo único que hace falta es paciencia, pues hay que untar con mantequilla cada capa del pastel.

Nosotros sólo hicimos las 16 capas de la masa que compramos elaborada ya en un supermercado, pero hay sitios en los que te ponen 33 capas, como en Grecia (los años que vivió Cristo según la tradición griega) o hasta 44 capas.

También trituramos nosotros los pistachos necesarios para el pastel. Aquí sólo los incluimos en la cobertura final del pastel, pero en el tradicional los introducen entre las capas.

El sabor es absolutamente delicioso (por algo los llaman "delicias turcas")

Para un pastel de 16 capas:

  • 1 paquete de masa filo (en la parte refrigerada junto a las masas de hojaldre, brisa, pizza...)
  • 100 g de mantequilla
  • 100 g de pistachos picados muy finos
Para la crema pastelera:
  • 2 yemas de huevo
  • 100 g de azúcar
  • 70 g de harina
  • 250 mL de leche
  • 1 pizca de vainilla 

Para el almíbar que baña el pastel:
  • 200 g de azúcar
  • 150 mL de agua
  • 1 cucharadita de miel
  • vainilla
Nosotros abrimos los pistachos y los trituramos introduciéndolos en una bolsa de plástico de cierre y pasamos por encima un rodillo para machacarlos muy finos.

Se enciende el horno con calor arriba y abajo a 180º C.

Se prepara la crema pastelera según la receta: pincha aquí y se deja enfriar.

Se derrite la mantequilla para pincelar las hojas filo (se puede hacer a punto avellana, pero si no tienes tanto tiempo, no es necesario).

Se disponen las hojas de masa filo y vamos colocándolas en una fuente de horno, una a una, pincelando entre capa con mantequilla.


Cuando llevemos la mitad de las capas del envase, añadimos la crema pastelera y extendemos con una cuchara.


Volvemos a ir extendiendo, capa a capa, la masa filo y cada capa la pincelamos con mantequilla. 


Una vez hecho el pastel, se pincela con mantequilla la última capa y se corta antes de hornear (así se corta muy bien, luego se desmorona y se rompe).

Se hacen filas paralelas como de dos dedos y luego en diagonal (así sale en forma de bonitos rombos).


Se hornea unos 30-40 minutos hasta que la superficie esté dorada.


Se prepara mientras tanto el almíbar. Se pone el azúcar con el agua, la cucharadita de miel y la esencia de vainilla al fuego a calentar. Se deja que hierva para que se disuelva bien el azúcar y luego se deja a fuego bajo unos 15 minutos.


Se saca el pastel del horno, se añade por encima el almíbar caliente y se deja que empape bien las capas.


Se espolvorea de forma generosa con el pistacho picado. Se deja enfriar un tiempo. Se disfruta.

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