Los vasitos son una forma magnífica de presentar un entrante, aperitivo o cena.
En las fiestas o celebraciones arrasan pues no te manchas los dedos y cuchareteas con gusto llegando a rebañar el contenido.
Los vasitos son una forma magnífica de presentar un entrante, aperitivo o cena.
En las fiestas o celebraciones arrasan pues no te manchas los dedos y cuchareteas con gusto llegando a rebañar el contenido.
Este exquisito plato que os traigo está elaborado mayoritariamente por mi hijo Nacho para la cena de Nochevieja.
Quería hacer un platazo de fiesta que no se comiera habitualmente y que sorprendiera a la familia y amigos.
Quizás he tardado más en escribir el nombre del postre que en hacerlo.
Buscaba alguna receta en vasito para tomar en Nochevieja después de la cena de picoteo y encontré ésta en un libro de recetas de hace tiempo.
Es muy socorrido poner en las mesas navideñas estas "finger food" o bocados para comer con los dedos que permiten no tener que utilizar cubiertos y que están deliciosas.
Me pasa a menudo que, al ir a un restaurante y probar un plato, quiero recrear en casa esa delicia.
Eso me pasó con las famosas Albóndigas con trufa de Echaurren Tradición, cuya visita conté en una crónica en mi otro blog Ruta Martuka (pincha aquí)
Aunque la denominación de "Huevos mimosa" nos suene sofisticada y compleja, realmente es la manera en que la cocina francesa denomina a los huevos rellenos.
De esta forma, puede haber huevos mimosa casi, casi de cualquier farsa o relleno que se nos ocurra.
Esta es la típica receta viejuna que hacían nuestras madres en los años 80 y con la que triunfaban en la Navidad.
Mi madre, y las mujeres de su generación, tenía unas copas de cristal que le regalaron en su boda en 1965 que servían sólo para este Cóctel de gambas.
Estos días andamos buscando entrantes, canapés o picoteos para las mesas navideñas que nos permitan dejar preparados previamente y luego dedicarnos a los principales.
Estas tostas sólo necesitan unos ingredientes de primera y un poquito de tiempo para tostar el pan (así no se humedece al rato con la humedad del queso) y otro poquito para montar los canapés.
Hay combinaciones asombrosas en cocina que siempre funcionan. Una de ellas es la de las setas con trufa y cualquiera de las dos con foie, así que, un plato con estos tres ingredientes juntos promete mucho sabor.
Tenía, además, que aprovechar el foie que nos regaló la encantadora Andrea Corbal y que me inspiró esta receta.
He escogido setas frescas como las shitake y los champiñones, pero son válidas las que queráis: frescas o congeladas, boletus o rebozuelos, portobellos o trompetas de la muerte.