Imagino tu cara de sorpresa al ver esta receta. ¿Cómo se pueden comer las lentejas frías?
Ese es el primer pensamiento que nos asalta y no os falta razón. Voy a despejar tus dudas y convencerte para que le des una oportunidad a esta crema fría súper nutritiva y con un sabor de diez.
Las legumbres parece que están únicamente destinadas para las comidas de otoño/invierno.
Nada más lejos de la realidad. A mi me gusta comerlas todo el año. En tiempos fríos en forma de guisos y en temporada de calor en forma de ensaladas, hummus o cremas.
A pesar del calor que tenemos este mes de agosto infernal, con los registros de temperaturas más elevados de la historia, me puse a hacer lentejas para comer por la necesidad de incorporar la fibra y porque me encantan.
Una vez preparadas y comidas, como siempre preparo de más (o bien comparto o bien congelo) decidí dar una oportunidad a la crema de lentejas.
El puré de lentejas en invierno me recuerda a mi niñez. Mi madre, Concha, nos lo preparaba muy a menudo y freía unos picatostes para acompañarlo.
Esto es como el puré de lentejas, sin más, aunque el toque ácido de kéfir o de yogur griego si no eres fan del fermento de kéfir le aporta un plus de sabor y contraste.
Anímate a prepararlo y me cuentas qué te ha parecido.
Para 2 personas:
- 500 mL de lentejas ya preparadas
- 2 cuchardas soperas de kéfir o yogur natural o griego
- sal
- cebollino fresco
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