Esta receta es del gran Martín Berasategui, el chef con más estrellas Michelín de España (ni más ni menos que doce) y gran maestro de la cocina.
Con los moluscos más baratos y los ingredientes más simples de nuestra despensa conseguiremos un plato delicioso, nutritivo y con un punto alegre y festivo.
Si no disponéis de mucho tiempo, podéis incluso partir de esos paquetes de mejillones gallegos ya limpios y cocidos que venden en envases al vacío.
La temporada del mejillón es de septiembre hasta abril, así que, los podéis encontrar fácilmente en vuestro mercado.
Para 4 personas:
- 1 Kg de mejillones
- 250 mL de vino blanco
- 3 dientes de ajo
- 2 cebolletas o cebollas dulces
- 1 cayena
- 600 g de sofrito de tomate
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- perejil fresco picado
- sal
Se limpian bien los mejillones bajo el chorro de agua fría, raspando bien las conchas y quitando las barbas.
Se ponen los mejillones en una cazuela con el vaso de vino a calentar y se mantienen al fuego durante 3 o 4 minutos, lo suficiente para que se abran las conchas.
Se reservan y se toma el líquido de cocción, poniéndolo en un cazo al fuego y reduciéndolo a la mitad, aproximadamente.
Mientras tanto, se pone el aceite en otra cazuela y se añaden las cebolletas y los ajos muy picados. Se incorpora la cayena (yo la puse molida, pues en ese momento no tenía en casa cayena entera):
Se deja sudar la cebolla unos 8-10 minutos a fuego no muy fuerte. Se añade un poco de pimentón dulce (mi toque personal) fuera del fuego y se remueve. Se incorpora luego el caldo reducido filtrado y el sofrito de tomate y se deja hervir unos 3 minutos.
Se añaden los mejillones, quitándoles la concha que no tiene la carne y se remueve. Se rectifica de sal, si es necesario (ya tiene sal el sofrito de tomate y la cebolla pochada).
Se espolvorea con perejil recién picado y se sirve de inmediato.
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