Este delicioso plato, que se elabora mucho en Sevilla y te sirven allí en bares y tabernas, es una delicia en sí misma.
Vi como lo preparaba mi cuñada María José, en Barcelona, una espléndida cocinera y madre de otro gran cocinero en potencia. De esta forma, observando y ayudando, aprendí a hacerlo.
No tiene mucha complicación; solo le bastan algunos ingredientes, de muy buena calidad, eso sí.
Acompañado con unas patatas fritas se convierte en un platazo de fiesta.
Muchas gracias, familia, por vuestra hospitalidad y generosidad.
Para 4 personas:
- 1 solomillo de cerdo ibérico
- 3 o 4 dientes de ajo
- 1 copa de whisky
- zumo de limón
- 1 taza de caldo
- sal y pimienta
- patatas para la guarnición
Se empieza friendo las patatas en abundante aceite de oliva. Se ponen a dorar los ajos fileteados en aceite de oliva a fuego medio.
Se corta el solomillo en rodajas medias, ni muy gordas ni muy finas. Se sazona con sal y pimienta.
Se retiran los ajos fritos y se añaden a ese aceite las rodajas de solomillo para que se sellen.
Se fríen. Se agrega el zumo de medio limón, los ajos reservados y el whisky. Se deja que se evapore un poco el alcohol del whisky.
Se incorpora un poco de caldo para que se forme la salsita.
Se deja unos minutos hasta que liguen los jugos y la carne se llene de matices.
Se sirve con los ajos y la guarnición de patatas.
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