Estas deliciosas empanadas o empanadillas criollas proceden de la cocina argentina, donde son un clásico. Eso si, hay tantas empanadillas criollas como lugares en los que se preparan y se disfrutan.
Ahora en Madrid hay muchos locales en los que se despachan pues son una comida rápida y rica. Lo malo es el elevado precio por unidad que te hace quedarte con hambre para una comida normal si compras un par de empanadas.
Aunque en Argentina preparan ellos mismos la masa, yo he optado por utilizar unas obleas más grandes que las clásicas nuestras de La cocinera ® y que me recomendó Gabriela, una argentina residente en España y que utiliza esta masa.
La marca se llama La Napolitana y tienen un tamaño un poco mayor que las nuestras. Tampoco son yan hojaldradas.
Para 24 empanadillas:
- 2 paquetes de obleas
- 500 g de carne picada de ternera
- 1 cebolleta fresca grande o cebolla blanca normal
- 2 huevos duros
- 1 huevo para pintar las empanadas
- 3 cucharadas de aceite de oliva (la receta original utiliza manteca de cerdo, pero mi colesterol no me lo permite)
- 200 g de aceitunas verdes deshuesadas
- 1 cucharadita de pimentón
- 1/2 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de orégano
- sal
- pimienta
Se pone en una sartén al fuego el aceite y se añade la cebolleta muy picada. Se sala y se deja a fuego medio a que vaya sudando y se vuelva transparente.
Se añade la carne picada, se salpimenta y se incorporan las especias junto al pimentón.
Se cocina hasta que la carne pierda su color rojo. Si te queda un poco seca puedes incorporar un poco de agua o caldo.
Se añaden las aceitunas picadas y el huevo duro, también picado, y se remueve bien el conjunto para que se mezcle todo.
Se rellenan las empanadas poniendo un par de cucharaditas de la mezcla de carne.
Para sellarlas se hace el `repulgue ´ que consiste en hacer pliegues con los dedos empezando por un extremo de la empanadilla plegada hasta llegar al otro extremo.
El resultado me ha quedado un poco desigual, pero es que son mis primeras criollas (aunque seguro que no serán las últimas)
Se pinta la superficie con un pincel con el huevo batido (en algunas recetas vi que se añade un poco de leche, pero luego lo olvidé) como para tortilla y se hornean con calor arriba y abajo a 180º C hasta que estén doradas.
Se comen calientes recién hechas o templadas, al gusto.
Tras probarlas, creo que salen un pelín secas. Recomendación: habría que añadir un poco más de agua o caldo a la carne para que así resulten más jugosas.
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