Esta es una receta ganadora pues te hará triunfar con la familia o con los amigos.
Al exquisito y particular sabor del puerro le añadimos el puntazo del salmón ahumado y al cubrirlo con bechamel de langostinos y gratinarlo, nos elevamos al paraíso gastronómico.
Este platazo no es para diario, obviamente, pero en las celebraciones es una buena baza pues se puede dejar preparado y sólo un golpe de horno basta para llevar a la mesa.
Espero que guardes esta receta para esos momentos especiales. ¡No te arrepentirás!
Para 4 personas:
- 4 puerros
- 100 g de salmón ahumado
- 400 g de langostinos cocidos
- 75 g de harina
- 50 g de aceite de oliva (2 cucharadas)
- 25 g de mantequilla
- 75 g de queso rallado para gratinar
- sal
- cebollino
Se retira la parte verde de los puerros, se lavan y se cortan en trozos de unos 5 cm de ancho.
Se ponen a cocer en una cazuela de agua con sal durante 5 minutos desde que arranca la cocción.
Mientras tanto se van pelando los langostinos (yo he optado por langostinos ya cocidos para ahorrar tiempo, pero puedes tú misma cocerlos en agua salada durante 4 minutos desde que arranca el hervor) y se van cortando en trozos pequeños como dados.
Cuando los puerros han cocido se guarda un poco del agua de cocción, se escurren y se dejan templar.
Se disponen en una fuente. Se abren a lo largo con un cuchillo. Se corta el salmón ahumado en tiras de 5 cm de largo y 1 cm de grosor y se ponen dentro del puerro ya cocido.
Se prepara la bechamel poniendo el aceite de oliva y la mantequilla a derretir. Se añade toda la harina de golpe cuando la mantequilla esté derretida y se remueve con una espátula o cuchara de palo hasta que quede una masa (roux).
A continuación se va agregando la leche caliente, poco a poco, ligando la salsa. Se agrega también un poco del agua de cocer los puerros (opcional, yo lo hago, pero es muy personal).
Se salpimenta y se añaden los langostinos en trozos, se remueve y se incorpora el queso rallado y el cebollino muy picado (o perejil).
Se pone la bechamel por encima de los puerros, cubriéndolos bien.
Cuando se vaya a comer, se precalienta el horno a 200º C con calor arriba y abajo y se gratina durante unos 12 minutos. Se sirve de inmediato.
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