Las empanadillas, o empanadas como dicen en Argentina, son una preparación que gusta a todos los públicos. Frías, tibias o calientes de las de soplar, fritas como antaño o al horno, con masa casera (oh, las de mi suegra Amparo) o comprada... todas son deliciosas.
Crecimos con las de bonito con tomate de La Cocinera (gracias mamá por esas cenas de dos docenas de empanadillas fritas), que son las más emblemáticas, pero hay más rellenos cuyo límite es el de tu imaginación.