El jengibre es un tallo o rizoma subterráneo muy apreciado por su aroma y sabor picante. Los de mayor calidad proceden de India, Jamaica y Australia, pero los más comercializados son los de China y Perú.
Se utilizan mucho como condimento en la cocina. En la asiática se conservan en vinagre y se toman como aperitivo (recodáis esas láminas de color blanco-rosado que acompañan al sushi?) o se añaden como ingrediente en muchos platos.
En la cocina occidental se utiliza seco y en polvo para elaborar dulces, galletas (ummm, las deliciosas galletas de jengibre), pan de jengibre o la famosa bebida dulce y refrescante ginger ale.
En esta receta, que he tomado prestada de Julius, de Canal Cocina, se utiliza fresco y rallado. El resultado es magnífico y el olor y sabor que le aporta es delicioso... Gracias Julius!!
- 1/2 Kg de zanahorias
- 1 cebolleta
- 2 puerros
- 2 patatas medianas
- jengibre fresco, rallado
- 200 mL de leche de coco (son latas de 400 mL que yo compro en el chino)
- aceite de oliva Virgen Extra
- agua
- sal
- perejil
- semillas de amapola para adornar
Se pone en el fondo de la olla express un poco de aceite de oliva y se rehogan todas las verduras (zanahorias, cebolla, puerro y patata), bien picadas. Se añade también el jengibre rallado.
Cuando estén blanditas se cubren con agua y se salpimentan, se cierra la olla y se cuentan unos 6 minutos, más o menos, de cocción desde que empieza a pitar.
Se abre la olla y se agrega la leche de coco. Se bate mucho con la batidora eléctrica, para que quede elástica. Se deja enfriar.y se pone en la nevera.
Se sirve fría, acompañada de perejil picado y semillas de amapola (Julius decoraba con sésamo negro y con pimientos chiles colorados, pero yo no tenía en casa y además mis hijos tenían que comer ese mismo primer plato).
No os podéis imaginar cómo está de rico!!!
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