El ajo (Allium sativum) es una hortaliza cuyo bulbo de sabor intenso y picante se emplea en la cocina mediterránea.
Procede de Asia y se consumía profusamente en el Antiguo Egipto, Grecia y Roma. En la Edad Media se consideraba un medicamento para tratar úlceras, otitis y como neutralizador de venenos.
Cada cabeza puede contener de 6 a 10 gajos llamados dientes. Aparte de su uso como condimento en la cocina, se utiliza como fármaco para disminuir la tensión arterial y el colesterol "malo".
Para cuatro personas:
- 300 g de bacalao desalado
- 1 vaso (de vino) de aceite
- 1 cebolla grande (de unos 200 g)
- 3 dientes de ajo
- 3 cucharadas de pulpa de pimiento choricero
- 4 huevos
En una cazuela se pone el aceite a calentar y se incorpora la cebolla picada fina y los ajos, también picaditos.
Se frien despacio a fuego lento y sin que se doren durante unos 10 minutos. Se agrega entonces la pulpa de pimiento y se revuelve todo. Se añade el bacalao troceado y se rehoga unos minutos, sacudiendo la cazuela.
Se baten los cuatro huevos como para tortilla y se añaden al ajo arriero ya hecho, removiendo hasta que los huevos se cuajen y queden revueltos con el bacalao.
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