El champiñón común o champiñón de París (Agaricus bisporus) es un hongo cultivado para su uso culinario y es el hongo más empleado en la cocina por su versatilidad.
Es fácil de encontrar durante todo el año y también se comercializa enlatado o envasado al cristal, e incluso congelado. Aporta tan solo 20 calorías por cada 100 g y es rico en fibra, vitaminas como la B6, C, D, K y niacina.
Hace buen maridaje con la pasta, el arroz; en las pizzas y tartas saladas es imprescindible y a mi, particularmente me gusta hasta crudo, laminado muy fino en ensaladas.
Para seis tartaletas:
- una lámina de hojaldre fresco de la sección de fríos del supermercado
- 1-2 bolas de queso Mozzarella
- 12 tomatitos cherry tipo kumato (o de los clásicos)
- una latita de champiñones o 200 g de champiñones frescos
- aceite de oliva virgen
- sal
Se desenrrolla la masa de hojaldre (no es necesario hacer el hojaldre casero, pues venden unas masas frescas excelentes y muy cómodas de utilizar) y se corta en seis rectángulos iguales.
Se corta la mozarella en dados, en láminas los champiñones y los tomatitos por la mitad. Se dispone en el centro de cada rectángulo unos dados de queso, unas láminas de champiñones y los tomatitos cortados. Se sala ligeramente y se vierte un poco de aceite de oliva.
Se hornean a horno fuerte -unos 200ºC- durante unos 15-20 minutos o el tiempo necesario para que se doren y suba el hojaldre.
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