Las judías blancas son una legumbre seca, la más conocida de las más de cincuenta especies de la familia de las Fabáceas.
Dependiendo de la zona reciben también el nombre de habichuelas, fabes, frijoles, porotos, alubias, pochas... Constituyen una excelente fuente de fibra, proteínas y minerales. Hay que recuperar la buena costumbre de comer legumbres y dárselas a nuestros hijos.
Proceden de México y es uno de los alimentos más antiguos consumidos por el hombre. Deben dejarse en reposo la víspera en abundante agua para que se ablanden. Posteriormente se retira el agua de remojo y se procede a su preparación.
Para 5-6 personas:
- 1/2 Kg de alubias blancas de tamaño mediano
- 1/2 Kg de almejas (si, lo sé, soy generosa con las conchas)
- dos dientes de ajo
- una cebolla grande
- una hoja de laurel
- agua
- harina
- unas hebras de azafrán
- sal
Se dejan en reposo las judías la noche anterior en agua del tiempo. Por la mañana, se retira el agua del remojo y se ponen en una olla (yo utilizo la olla a presión para ganar tiempo) cubiertas con agua, con la cebolla picada, los dos dientes de ajo enteros y la hoja de laurel. Se ponen las almejas en un recipiente con agua fría y sal, para que vayan soltando la tierra.
Se lleva a ebullición y se mantiene la cocción durante 1 hora u hora y cuarto. Se va preparando el sofrito o arreglo de las judías. Se pican dos ajos y se rehogan en un poco de aceite de oliva virgen. Se añade una cucharada de harina de trigo y se tuesta en la sartén, removiendo con una cuchara de palo. Se añade el azafrán seco majado en un mortero al arreglo y se vierte todo en las judías (a las que se han retirado los dientes de ajo enteros).
Se deja que dé un hervor a fuego lento, para que espesen un poco. Se añaden las almejas limpias al guiso y se deja que se abran las conchas. Se sirven muy calientes.
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