El queso de cabra se lleva consumiendo desde la antigüedad y, probablemente fue uno de los primeros productos elaborados con leche.
Aunque el contenido graso de la leche de vaca y de cabra es similar, la leche de cabra tiene un sabor ácido característico debido a su mayor presencia de ácidos grasos de cadena media.
Numerosos estudios han demostrado una similitud en proteínas y características del queso de cabra con la leche humana. Es muy bueno para el riñón y contiene menos potasio.
- lechugas variadas (batavia, romana, hoja de roble, canónigos, rúcula...)
- 150 g de pollo cocido
- bacon en trocitos
- 2 medallones de queso de cabra por persona
- 2 rebanadas de pan tostado por persona
- tomates secos (o frescos, al gusto)
- nueces troceadas
- aceite de oliva virgen extra
- vinagre balsámico de Módena
- sal
Se tuestan las rebanadas de pan en la tostadora. Se dispone en la ensaladera o en platos las hojas verdes, el pollo cocido desmigado, los tomates secos y el bacon.
Se pasa por la sartén caliente el queso de cabra unos instantes y se coloca encima de cada tosta de pan. Se ponen dos tostas en cada plato de ensalada. Se aliña: primero la sal, después el vinagre y por último el aceite. Se espolvorea con nueces troceadas y se sirve.
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